Otra vez y otra vez y otra vez

Ella se despertó, tenía miedo, quiso volver a dormir, no pudo. Salió a la calle y ahí estaba aquello que no tenía congruencia alguna con lo que visualizaba en sueños. El cielo era sumamente gris, ella, recordaba de sus sueños, un cielo con un color totalmente distinto…

Lo de arriba es otro intento frustrado por empezar otra novela sin sentido. Algo me sabe extraño, ¿cómo describirlo? ¿Qué es no creer en nada? Me paro de la cama todos los días y sé que se siente no creer, no creer en mí, no creer en los otros, no creer. Y los labios siguen encarcelando mi sonrisa y mi cuerpo a ese no-sé-qué que denominan alma y sigo manifestando al exterior una visión ajena de mi verdadera realidad. Mentir es tan sencillo, querer es tan fácil, odiar se gana con un tris de condición humana y en nosotros está la perdición ¿cuándo algo tendrá un valor real? ¿Cuándo se podrá catalogar algo como totalmente real? Y a mí que no me hablen de lógica y mucho menos de universales, ni que se sigue necesariamente esto de aquello, la vida es una vaina totalmente contingente; la vida está compuesta de palabras sueltas sin conectores, conclusiones sin premisas y fórmulas-no-bien-formadas.

Debería hacer un análisis concienzudo a la realidad ¿qué podría abstraer de cada incoherente acción humana? ¿Qué nada tiene sentido? ¿Qué para qué continúo en este meollo? Mi único objetivo en la vida es llegar a lograr plasmar tan solo una vez lo que se me pasa por la cabeza en un papel pero, tal parece que no lo puedo lograr, si supiese alguien cuantas “genialidades” se me pasan por la cabeza en contraste con las pocas que redacto…Además, solo escribo mis penas y solo me quejo y refuto ante no sé quién por esta realidad de porquería en la que estoy, pero no hago nada, no soy nada y sigo sin poder lograr hacer algo tangible, algo que tenga un valor real. Renuncio, no quiero más, no quiero seguir intentando hacer algo que merezca ser leído.

La vida es un sinsentido absurdo, pero últimamente con más sin, que sentido.