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Mostrando entradas de junio, 2013

Todo se muere

Solo quiero saber porqué coños hago lo que hago Envisto, aniquilo, deshago a los demás Meto a todo en mi caos Devoro almas. ¿Por qué? ¿Qué mal me han hecho? ¡Qué mal me he hecho generando solo displacer! Mientras tanto cristales escupe mis ojos ¿Y de qué sirve? ¿con qué fin? ¡El daño está hecho! ¡La sangre está sobre la mesa! Los muertos reposan en el sepulcro Las horas se deshacen del reloj La culpa abraza la cordura ¿De qué sirve llorar? ¿Es que creo que sirve como artefacto para el olvido? ¡nada me hará olvidar! ¡Nada puedo hacer para sanar! Morir, morirme, matar, matarme Y así, ponerle fin a esta mierda ¿Sabés cómo se siente ser un dios macabro? ¿Sabés cómo se siente tener la responsabilidad del dolor? Me pesa, me aplasta, desgarra mi fe Esperanzas teñidas de negro Rojo sangre Blanco tiza. Todo se muere Por mi culpa, la culpa es mía, la culpa es mía, la culpa es mía Alguien que me salve, ¡alguien que me salve! ¡Alguien que acuda en mi ayuda! ¡Alguie

Prórroga de decepciones.

Serenidad Apacible engaño Agua; traslúcida esperanza Todo se pinta sobre agua y se desdibuja del lienzo. Heme aquí, tendida, arrojada Sometida a mi invento Carente de fe Carente de deseos. Mientras arranco un grito del aire Mientras proclamo al silencio Mi derecho a morir Mi derecho a no nacer. ¡Tengo derecho de sufrir! Y que esto me arranque los sesos Me devore las entrañas Me aniquile las ganas. Y heme aquí Ante la inefabilidad del desengaño, La culpa, la angustia Lecciones recibidas por experiencias amargas. Heme aquí ante el mundo Plagada de miedo ¿Qué haré cuando me olvide de mí? ¿Qué haré cuando me pierda? Malnacidos días ¡Todo es mierda! Soy un retazo de mentiras una prórroga de decepción. Y los jueces me miran Postrados ante mí, me gritan Me juzgan, me golpean, Me hieren y sé que es real. No merezco compasión No pido piedad Aclamé esto, y esto recibo Los días me arroja lo que doy Me escupe la vida Me aplastan las horas Me abruma e

Yo lo busqué

Y ahora sí mi destrucción es real Yo lo busqué, con ansias pedí dolor Y he aquí, frente a mí, El caos que aclamaba. Ya no lo quiero, sí, no lo quiero Quiero que se vaya Que se esfume entre mis lágrimas No quiero deshacerme Lloro, grito, Siento como se desdibujan los días Como si todo fuese una abominable comedia Como si todo fuese irreal. ¿A quién puedo pedir ayuda? ¿A quién si yo no puedo¡ Me odio, me odio, me odio, me odio, me odio, me odio Y repetirlo tiene un efecto sanador, me odio porque lo merezco ¡No puedo con la calma! ¡Me queda grande la paz! Bendito aquel que no sucumbe ante el elixir del deseo Bendito aquel que controla sus impulsos Bendito aquel que aquieta el ímpetu del pecado Bendito aquel que sabe quién es.