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Mostrando entradas de marzo, 2012

No-se-qué opresor.

¿Ajá? ¿Y creés que es tan sencillo? ¿Se esfuma? ¿Desaparece fácil? No, no es tan simple, no es volátil Es el éter de la inexistencia, es esa maldita desazón corrosiva. No vuela, no se va con la bruma. No es irrelevante, no es tan intangible como mi pérfida alegría Está más presente que vos, que yo, que ellos, que eso, que todo, está cerquita del dolor Está ahí no más, ahí el execrable suplicio de la ausencia. Porque todo va, todo viene, todo se pierde en esas tretas confusas del andar Porque todo se evapora con el sol ardiente de la angustia Porque esta inexistencia es agua tibia, sucia, contaminada Porque todo lo que navega en ella está muerto y todo el que la toma muere. Invito al espectador a mis desgraciadas paradojas A que caminen por el filo de mi autodestrucción. Que sonrisa más amena reflejan sus rostros pérfidos Que alegría más sutil manifiestan todas las hipócritas presencias. Sí, así es, así seguirá siendo y así también dejará de ser No creo en vos, no creo en él, no creo en

FILOSOFÍA Y CRISIS COLOMBIANA

¿Cómo podemos ver la barbarie de forma tan arbitraria? Esa pregunta ha rondado, incomodado y taladrado mi sentido común (considerado por muchos como el menos común de los sentidos) en reiteradas ocasiones. Una de las tantas respuestas que podría plantear puede ser tal vez nuestra incapacidad de pensar. Para poder adquirir consciencia sobre lo violento, salvaje e insensible de los seres humanos debemos al menos entrar en una introspección, conocernos, indagarnos, auto-refutarnos y por encima de todo hacer lo que supone ser inherente al ser humano: pensar. El inconveniente aquí es que no lo hacemos ni tenemos la más mínima intención en empezar a cuestionarnos, abrir los ojos, salir de la caja de cristal. Puede ser que no tengamos el ímpetu de preguntarnos, o puede también que estemos incapacitados, eso parece mostrar cada una de las actitudes y acciones de los colombianos en su quehacer ordinario. “Lo que más merece pensarse en nuestro tiempo problemático es el hecho de que no pensamos”

"El discurso del método"

Tomaré un apartado de la primera parte de esta gran obra de Descartes y realizaré un análisis: “(…) me encontraba enredado con tantas dudas y errores, que me parecía no haber tenido otro provecho, al tratar de instruirme, que el haber descubierto cada vez más ignorancia.” (Descartes, discurso del método: 16). Así es, así se desenvuelve la sociedad contemporánea ¿qué es un título? ¿Qué hace un profesional? Parece que su única función es construir nuevos desempleados en una sociedad que demanda cartones universitarios pero es precario en contenido intelectual. Somos esponjas que asisten día a día a clases; de dos a cuatro, de cuatro a seis, de seis a ocho y al otro día se repite la dinámica, somos esponjas de tan mala calidad que todo lo que absorbemos en una tarde, en la otra la expulsamos sin dejar ni un atisbo de conocimiento en el recuerdo. Esto sucede gracias al bombardeo de información y el poco interés de muchos estudiantes por su conocimiento, pero bueno, he aquí el dilema; si qu

¿Seguimos sumergidos en el Mythos?

En la filosofía es usual encontrarse la eterna disputa entre Mythos y Logos, entre empirismo y razón, entre objetivismo y subjetivismo. Siempre están en contraposición los contrastes, pero en este ensayo centraré mi atención en la connotación en sí a través de la historia del Mythos más que en la ferviente pugna que parece tener con el logos. Para hacer esto primero esclareceré qué era el Mythos para los antiguos griegos y, posteriormente, centraré mi argumento en la visión que poseo sobre este en la cultura actual, estableciendo una relación directa con la industria de la religión. Inicialmente y aunque en este tema no se centrará mi ensayo, es importante pensar ¿qué es en sí mismo el logos? El inconveniente grande radica en esta pregunta fundamental. Hay tantas traducciones que es complejo determinar una connotación exacta para dicho término. Logos puede traducir pensamiento, razonamiento, habla, discurso, inteligencia, sentido… Esto nos lleva a plantearnos ¿Qué traduce exactamente