Todo es mentira

Nunca te comás el cuento de que esto es verdad. No, no lo es, todo es una proyección de tus deseos. Todo es anhelo, todo es mentira, nada es real, nada de lo que está a tu alrededor está ocurriendo. Tus más grandes deseos se proyectan en lo aparentemente externo y así, siempre estás envuelto en ti, en nada más que tus fantasmas, miedos, demonios, anhelos. Ahí está, tu mundo está constituido de mentiras, siempre mentiras. Hay días en que simplemente nada sabe bonito, sí, nada sabe bien. Es como si a toda la torta de chocolate le hubiesen echado ají, o pimentón, o aguacate.

La música martilla el martillo, el mono quema, la cama absorbe, el ventilador no ventila, los cuadros hablan, los platos se acumulan en el chiquiero de habitación, camino sobre un mar de ropa sucia; cucos, blusas, faldas, pantalones, botas, zapatos, correas navegando en el piso por la superficialidad del espejo. También ese espejo, el execrable reflejo que miente, no hay nada real en ese pedazo de vidrio cóncavo o convexo. Yo creo que me veo a través de él, pero no, ni con ese objeto ni con nada. No hay nada que muestre quién o qué demonios soy.

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