Y no puedo ser ahora lo que algún día llegué a ser, ni llegaré a ser lo que hoy soy. Soy, dejando a cada instante esa parte que me caracterizaba en ese momento preciso, eso mío, eso que decía ser. Soy abandonándome al paso del tiempo. YOSOY ¡Al derecho y al revés!
Perenne noche.
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Me devora la noche, su ritmo, su color, su aroma, hoy la música vibra en mi tímpano de otro modo, música del alma ha de ser, acordes de vida.
Este post tiene como fin ser un canal comunicativo que ayude a otros viajeros a hacer un plan de viaje y a hacerse una idea de los precios. Viajé con mi novio y cuando nos preparábamos buscamos como locos información para saber cómo llegar y cuánto íbamos a gastar, pero no encontrábamos o la poca que hallábamos era viejísima y los precios habían variado. Por eso realizamos estos posts, esperamos hacer muchos como estos, ¡llenar de sellos el pasaporte! Conocer, aprender, hablar, nutrir mi alma y ayudar a otros a que se dispongan a hacerlo. Viajar solo requiere un poco de ahorros y salir a tomar el bus. No dejen que la cotidianidad de los días y el tedio del trabajo los mantenga absortos y no los deje salir a conocer. Los mejores y más valiosos conocimientos, más que en la academia, se dan en la interacción con diferentes culturas, en el asombro de paisajes inhóspitos y hermosos, ¡en salir y vivir! Bueno, dejando a un lado la retórica la ruta fue así: Nosotros primero paramos en Pa
Me siento foránea en mi vida. Y con todo, hago parte. Me leo como otra, pero soy protagonista. Quiero algo, pero no sé qué. Ahí reside la inconmensurabilidad de mi deseo y lo impotente de mi acción. Camino, ando, lucho, leo, lloro, discuto, doy vueltas en círculos y retomo la carrera, pero no hay destino, no hay propósito y la empresa se vuelve tanto loable como carente de sentido. Sé que no soy la única. Quizá no todos se sientan así, pero sí muchos. Pero este sinsabor es mío, este sinsentido me pertenece, es lo único que sé que existe y que dibuja mi realidad. Jamás me he sentido plena; me acongoja, pero me satisface, ¿qué pasaría si me sintiese completa? ¡Moriría! Lo que se detiene muere, pierde color, se marchita. Todo fluye, bien lo dijo el oscuro Heráclito. Pero me da miedo el movimiento y me aterra la quietud, ¿qué hago si no me quiero mover, pero tampoco quiero permanecer? Tengo una fijación patológica en la repetición del caos. No me siento completa en la plenitud y
El tiempo siempre nos ha embelesado, encanta, maravilla, inquieta, preocupa, horroriza y estremece. Nos aterroriza lo que será, pero al mismo tiempo nos llama; somos en un ahora, pero continuamente referenciamos el ayer. El tiempo nos aplasta. No podemos parar el torrente del tiempo y el agua sigue corriendo, crea camino y rompe montañas sin poderse detener. Empezó y sigue y no hay manera de dar vuelta o de contener. Pensar en la posibilidad de cambiar lo que fue y crear un nuevo mañana provoca suspiros, congojas y la impotencia de no poder hacer del pasado un nuevo presente más que el que ya es. Es un hecho, fácticamente podemos distinguir tres tiempos, redundante nombrarlo tal vez, pasado, presente y futuro. Lo que se fue, lo que se es en acto y la potencialidad del ser. Todo se conjuga en un yo que se adentra en el tiempo y que se identifica en esa aparente linealidad. Sabemos quiénes somos y nos podemos distinguir en el paso de los años- creamos una aparente identidad en el
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