Y ahí de nuevo

Mientras las paradojas se contradicen
Los hilos del vestido se deshacen
Mientras escribo en las páginas desordenadas
La tinta se riega inevitablemente.

Cuando intento conservar cordura
Ese atisbo de calma desaparece.
Cuando pretendo guardar compostura
Los libidinosos deseos aparecen.

Inefables sensaciones
Disparatadas decisiones
Inexorables deseos
Inalcanzables anhelos

Sobre su silla desgastada
Intenta descansar mi anciana alma
Que se separó de la moral
Unos cuantos muchos años atrás.

Con ímpetu de vida, se lanza la niña al ruedo
Con ganas de experiencia, va destruyendo su presente
Con ansias de alegrías se topa con el duelo
Con afán de sonrisas se enfrenta con el llanto.

Ni en el presente de los estoicos vivo
Ni la moral de Kant me invade
Ni la precisión de Aristóteles tengo
Ni la duda de Descartes surge.

No soy nada, ni algo
No soy carne, no soy esencia
No soy risa, tampoco lágrima
No soy brisa, ni agonía.

Soy contradicciones, soy desacuerdos.
Soy inestabilidad, sin remedio.
Soy ausencia de tiempo, de orden
Soy un ente prematuro, sin forma, ni colores.

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