Va, va y va.

Por ahí va su ausencia
Acompañando su canto desafinado.
Por ahí andan sus alas
Volando sin ella a su lado.


Ya no anda por el cielo
Tranquila está en la tierra
Ya no se asusta por su encuentro
Ya se sienta a hablar con ella.


Con esa sensualidad aparente
Y sus máscaras superpuestas
Esboza una sonrisa arcaica
Descompuesta, pérfida y mal creada.


Pero ¿Qué ha de importarle?
Ella va sin más en ese ajetreado caminar.
Harta ya está de tanto divagar
Le cansó al fin la manera cíclica andar.


Va, va, va y vuela.
Va, va, va y sueña.
Sigue andando, sigue cayendo.
Sigue creando, sigue destruyendo.



Benditas maldiciones.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Diarios de viaje: Cali, Colombia - Montañita enero 2017

Foránea de mí

El "hubiese podido ser" I parte.