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Mostrando entradas de octubre, 2013

Cualquier domingo

Todos los días son iguales y cada bello amanecer es el mismo bello amanecer que el pasado día. Me duele la cabeza, tengo calor y me duele el alma. Hoy, dejaré que lleguen las diez de la mañana para no sé qué, para seguir esperando que lleguen las once, las doce, la una y así en adelante esperando nada. Bienvenido sea el execrable domingo, la acera hierve, los sentimientos pululan, las sensaciones fluctúan, la desazón se acelera y el almizcle del desespero se funde en las mieles dulces del desasosiego. Sentirse mal es naturalmente placentero, es un vicio, es mi vicio...

GRITO.

Aborrezco mis fluctuantes estados anímicos ¿cómo carajos hago para terminarme? Sí, uno puede finalizar cualquier tipo de vínculo, excepto, con el de sí y me lamento por ello. Estoy harta de mí, harta, estoy harta de arrasar con todo por mi maldito trastorno histriónico de la personalidad (qué bonito es autodiagnosticarse), no sé hacer más que llamar la atención, estoy carente de afecto y necesito suplir esa ausencia, y no estoy carente de afecto porque no lo tenga, gozo de una pareja increíble y de una familia maravillosa, lo que no gozo es de mi propio afecto y necesito no sé qué carajos para quererme. No más, no más, no más, no más caos. Tengo que aprender a amar, a amarme, a quererme por encima del bienestar que me brinda tener una buena imagen frente a otros. Es que aún no sé por qué publico esto en este blog, es un diario virtual, tal vez me doy el lujo porque si mucho me leen dos o tres pelagatos, o tal vez pienso que soy tan exclusiva al sentir estos patéticos sentimientos que h

Melancolía

¿cómo se describe la melancolía? ¿a qué sabe? Quisiera poder encontrar una palabra que precisamente no indicara la carencia de palabras para explicar tal sensación: inefable. La verdad no sé a qué me sabe, ni porqué se da, solo la suelo sentir, solo suelo sentir algo que me carcome el pecho, sin razón, es como si se me llenase de vacío el estómago, sí, el vacío me llena, me provoca náuseas y arcadas. Este vacío melancólico me sabe a ausencia, carencia, de no sé qué, pero me sabe a nada. Por fin le entiendo a Kierkegaard, a Heidegger y a Sartre... O tal vez siempre los entendí sin siquiera conocerlos. Padezco de melancolía, sí, desde mi más tierna infancia, padezco de no-sé-qué, de tristeza desmesurada, de caída, de salto hacia la nada. Esa es la enfermedad de este siglo, pero todos la adquieren partiendo de su día, de su quehacer, de su no-sé-qué diario, yo nací con ella, nací con un no-sé-qué que me pone a correr hacia no-sé-dónde buscando un no-sé-cuándo que me lleve a un no-sé-quién

Retomando la bitácora. Jueves, Octubre 17 del 2013 - Sábado, Octubre 19 del 2013

Jueves, Octubre 17 del 2013. Empezaré nuevamente este ejercicio que suspendí desde hace más de medio año. Este ejercicio que eventualmente, si no es que ya lo hace, resultará estúpido y extenuante. Bueno, y ajá, y hoy qué... Hoy leí lo que era mi hoy hace seis meses, y bueno, tal vez eso alimenta un tanto mi alma, creo que por fin se han emancipado de mí los pensamientos pueriles, el drama absurdo y la nostalgia sin sentido, tal vez he visto realmente qué es llorar con un motivo y por eso ahora, estoy más tranquila. Estos meses han sido extraños, han pasado muchas cosas, me asusta lo volátil de los días, me asusta lo efímero de las efemérides y bueno, es extraño, pasa el tiempo y creo que crezco, me asusta también sentir que ocupo un tiempo al que no pertenezco, tal vez creo tener una edad que no es mía. Pero bueno, ahora ocupo esta posición y me asusta que me llegue a asustar pero, por ahora, me siento feliz. Sé que estoy feliz porque estoy escribiendo "felicidad" en mis

TODO.

Me sabés bonito Me sabés a buenos días Me sabés a sentido Me sabés a punto seguido. Me sabés a letras Me sabés a vida Me sabés a maracuyá en leche Me sabés a cafeína. Me olés a mañana Me olés a no-tiempo Me olés a presencia Me olés a tierra seca. Me olés a jasmín de noche Me olés a día Me olés a desayuno Me olés a bienaventuranza. Te siento como suspiro Te siento como mañana Te siento como porvenir Te siento como pluma. Te siento como manos Te siento aquí Te siento allá Te siento en mí. Te veo como luz Te veo como sonrisa Te veo como ilusión Te veo como vida. Te veo como presente Te veo como pasado Te veo como futuro Te veo como todo. Te escucho como río Te escucho como silencio Te escucho como sinfonía Te escucho como alegría Te escucho como paz Te escucho como calma Te escucho como brisa Te escucho como azul. Y todo, todo de mí, te ama.

Sol

Algo no está bien cuando esta sensación se apodera del teclado. Y no, no estar bien no significa en nada que no esté bien, no, que no esté bien es que todo está maravilloso. Sí, todo está en la calma en la que nunca a estado. Todos buscan, insanciablemente caos, yo lo busqué, hoy, el sosiego toma la batuta, la pluma y el esfero. Sucumben los retazos maltrechos de experiencias vacuas y aparece, muy bien impreso, el libro tal cual debe estar. Yo qué sé, blasfemé mucho tiempo a lo apacible y ahora apareció quien le dio al sosiego la pizca de vida que le había quitado a la paz. Ahora la paz tiene un tinte alegre y la calma dejó de estar muerta. No sé si fui yo quien cambió o si este amor que embarga mi pecho me mostró una realidad ajena hasta hace no mucho para mí. Sí, no sé, pero me embelesa reconocer todo lo que puedo dar y el brebaje de sentimiento y el día a día y el porvenir, yo qué sé, estoy feliz. No es un cuento rosa y si así fuese lo mandaba a un director de película

Más inconformismo

Pues sí, y así No más, sin más Más y más letras Borbotones de panoramas, asideros de conocimiento. Se refugia en el saber Se excusa en las hojas desplegadas Y salen pliegos de insensateces De barbaridades, de sandeces. Se escuda en el misticismo del erudito El pasado se hace presente La acción se vuelve precio La rendención está en no morir. Ahí converge todo En el drama de no morir Rapsodia a la vida, cuento de hadas Conocimiento como vida perenne, como eternidad. Partidaria es de la necesidad De elaborar teorías en pro de la defensa de la ficción, de la vida Defensa del suplicio de los días Metafísica de seguridad. Ortodoxia, ídolos, ingenuidad Todo se conjuga y llega al sinsentido Se elogia la historia, se excusa el pasado La empresa empieza: ¡teorías de lo absurdo! Años de proyectos El rostro de la decepción El exilio de la insistencia ¡aparece el rechazo de la solidez! Se despierta Ve la historia, las sectas, las guerras Con el reciclaje de c