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Mostrando entradas de noviembre, 2012

Las letras ya no sirven

Sin tan solo hubiese cables conectados a mí cerebro, trasmitiendo en letras exactamente lo que siento. Mierda, los sentimientos, por su naturaleza misma, se sienten no se expresan. La magia de las letras no logra tanto como se supone. No es tan sencillo solo sentarse a manifestar e ilustrar el dolor, la alegría, la nostalgia, el ímpetu, las ganas, la muerte, la vida del alma. Pero es el único medio, no hablo, no digo, no manifiesto por mis labios lo mismo que manifiesto con la tinta sobre el papel. Y ni aquí puedo ser absolutamente libre, nunca puedo ser absolutamente libre. Siempre hay algo que me aqueja, que me absorbe en las mañanas y me deshace en las noches. Siempre hay nostalgia, siempre hay tristeza del ayer y desesperanza por el mañana. Nunca hay hoy, nunca… Siempre ganas de más, siempre pidiendo más, obteniendo cada vez menos. Solo no me lleno, ni desayunando, ni almorzando, ni comiendo, ni viviendo, ni sufriendo, ni amando… Nunca me lleno de amar, nunca me llena por comp

Más, más, más.

A mí no me sirven los cuentos de hadas No le creo a la fantasía Pérfido rostro de dichas No hay realidad que provoque alegría. No hay rostro que de paz La mirada de las estrellas me limita a la tierra El ímpetu de los momentos De las sonrisas, de los buenos ratos. Es tan efímero como una risa acariciando los ojos Es tan fugaz como el presente Y así, la paz se reduce a instantes, cortos, quejumbrosos. No hay más que nostalgia De pasado, de presente o de futuro Ganas de más, necesidad de más, ausencia de más Un hálito de muerte y vida andando por las calles sin alma. Rápido, fuerte, desalmado Lento, sensible, noble Caos, tormenta, desespero Calma, paz, tranquilidad Resuenan notas tristes en la cárcel de mi alma Golpean las paredes de mi casa Cada vez soy más ajena de mí Cada vez soy menos. Siempre necesitando más Siempre queriendo más Siempre despreciando el más Siempre desaprovechando el más.

¿Estamos dormidos o despiertos?

¿Estamos dormidos o despiertos? Nuestro entorno, aquel que consideramos tangible y real ¿será verdadero? ¿Podemos constatar nuestro mundo por medio de la experiencia de los sentidos? Estas preguntas han aquejado a múltiples pensadores y, de este tema, han surgido innumerables películas ¿por qué? ¿Acaso la realidad es más o menos de lo que vemos, sentimos, palpamos, gustamos y olemos? En el presente ensayo abordaré el sueño y la vigilia desde Platón, Descartes y Putnam para, posteriormente, explorar los conceptos plateados por estos filósofos en la película “The Matrix”. Inicialmente Platón, en el libro VII de la república habla sobre “el mito de la caverna”. En el texto, Sócrates le pregunta a Glaucón si no le dolerían los ojos si lo forzaran a mirar hacia la luz mientras estuviese en cautiverio en la profundidad de una oscura caverna, a lo que responde que, para poder mirar hacia la luz, primero debe acostumbrar sus ojos para que no se irriten ante la presencia súbita de ella y

Epitafio

I. Quiero dejar de una vez por todas este yo que me aqueja Trémulos pasos, voz cansada Sangre roja, tinta negra Y me deshago en una hoja de papel. II. Paola, Paola y mil y un veces Paola No atiende a ese llamado mi nombre No acude a mi grito No se encuentra en mi espejo. III. ¿Quién es esa extraña que aparece en mi reflejo? ¿quién ha de ser el ente ajeno de mi morada? Epifanía de mi desrealización Hoy es el día de los vasos vacíos. IV. Calor, sudor, sabor a muerte He buscado mi encuentro y he fallado Se escucha la execrable risa de esa máscara Las sombras danzantes del edén. V. No sé dónde buscarme que no lo haya hecho ya Corre la niña, salta al ruedo Rueda sangre a borbotones, sin fin Es presa de su silencio VI. ¿Cuándo dejaré de ser para convertirme? Presa del tiempo, esclava de mí Me desdibujo de este lienzo Solo bastidor, solo óleos sin pintor VII. Una jauría de lobos enviste mi pecho Miedo, dolor, oscuridad Castillos, laberintos, máquinas

Ella.

Ella siguió queriendo, pensando, anhelando Ella esperó, como un condenado a muerte su instante final Ella quiso, siguió, continúo esperando Ella no pudo parar de esperar Ella no pudo dejar de ser para convertirse Ella se quedó en lo que ni fue, ni es, ni será Ella no trascendió, no se deshizo para renacer de sus cenizas Ella se quedó en lo que quiso algún día ser Le da miedo, pánico dar Darse, amar, no medir Medir sus dosis de afecto le da paz Paz que busca, desecha y vuelve a buscar Como ave sin plumas Como plumas sin color Como color sin matices Como matices sin sombras Sombras de lo que siempre quiso ser Sombras de su proyección sin alcanzar Sombras de su presente con tinte de pasado Sombras de sus miedos, de su ayer sin resolver Ella quiere deshacerse de todo Quiere volar, trascender, crear, conocer Quiere ser sin recelo, sin pánico a lo que vendrá Pero solo podrá cargar con el estigma de su ser intrascendente.